Una tradición milenaria, una terapia que conecta el cuerpo con el espíritu, un deporte de alto nivel de concentración o una práctica de autoconocimiento, el Yoga es practicado por más de 500 millones de personas en el mundo y está expandiendo sus límites a una gran velocidad.

Está comprobado que la práctica del Yoga, mejora notablemente la salud cardiovascular, oxigena los órganos internos, aumenta la elasticidad del cuerpo y el equilibrio, reduce el estrés y fomenta la producción de endorfinas, lo que resulta en una notable mejora en la calidad de vida de quienes lo practican a menudo.

Una sesión de Yoga consta generalmente de tres pilares:

Asanas. Son las posturas a las que nuestro cuerpo reacciona desde diferentes puntos de energía y que estimulan su buen funcionamiento.

Respiración. Nos permite controlar emociones, concentración y fuerza. La correcta respiración por si misma tiene efecto sanador a muchos trastornos emocionales como el estrés o la depresión, además oxigena de manera correcta los órganos internos, mejorando su funcionamiento y previniendo padecimientos posteriores. 

Relajación. Es un momento para aprender a convivir con nuestro cuerpo en estado de quietud y hacernos consientes del mismo. Estos minutos nos permiten integrar cada parte de la práctica y asimilar lo aprendido. 

Ahora que conoces un poco más del Yoga, hacerte parte de un grupo que lo practique es una excelente forma de desarrollar nuevas capacidades y mantener tu cuerpo firme, fuerte y saludable. ¡Atrévete!